Izar: los astilleros se quedan

Por Gemma Galdon
Entrevista realizada en marzo de 2004 y publicada en El Viejo Topo nº 193

 

Durante los últimos meses, los trabajadores y trabajadoras de Izar han vuelto a las calles para exigir que se mantenga la carga de trabajo de los astilleros públicos y el cumplimiento de los acuerdos laborales anteriores. En Puerto Real (Cádiz), la lucha se ha traducido en cortes de carretera, manifestaciones y paros semanales. Ramón Linares, secretario de CCOO de Astilleros de Puerto Real y presidente del Comité de Empresa, nos cuenta los antecedentes, motivos y perspectivas de su lucha.

-¿Cuál es el conflicto actual en Izar?
-El conflicto de los astilleros de la industria naval es cíclico, y generalmente viene reproducido por las crisis económicas. Las crisis económicas cíclicamente se van reproduciendo en los astilleros, y el conflicto actual es uno de tantos, que viene después de 30 años de crisis continua en el sector naval. En esta ocasión veníamos arrastrando una dramática situación financiera desde principios de 2003, unida a la crisis económica relacionada con el atentado a las torres gemelas y la posterior incertidumbre sobre la guerra. El mercado de construcción naval se vino abajo y nosotros entendimos que teníamos que ceder, resolver los pequeños conflictos internos que teníamos para sentarnos a hablar con la empresa de la situación financiera, de un plan industrial que nos di era garantías de futuro a medio plazo y de la carga de trabajo en un clima de tranquilidad, entre comillas. En principio la empresa aceptó hablar de estas cosas con tranquilidad, pero con el tiempo vimos que iba dilatando la negociación. Cuando, en diversos momentos, pareció que íbamos llegando a acuerdos en lo referente al convenio colectivo, que era lo primero que queríamos cerrar para poder dedicarnos a lo otro, nos encontramos con que la empresa iba alargando el tema del plan industrial y la concreción de cargas de trabajo para los astilleros, civiles fundamentalmente. Porque el Grupo Izar se compone de astilleros civiles y militares. Hay dos astilleros militares que están a plena carga de trabajo, en el mercado militar no hay tanta crisis como en el civil. Pero el conjunto de los astilleros civiles está prácticamente bajo mínimos. Así, cuando vemos que la negociación se alarga y la dirección de la empresa en Madrid no concreta carga de trabajo y deja de lado la elaborac ión de un plan industrial que nos dé garantías de futuro, empezamos a pensar que hay algo más.

-Algo más, ¿de qué tipo?
-Creemos que se trata de un intento de debilitar las organizaciones de los trabajadores y su capacidad organizativa en el sector naval. Está intentando debilitar los sindicatos del sector naval para, en un segundo paso, tal y como lo entendemos los sindicatos, dar un bocado al sector público de los astilleros: cerrar algún centro, despidos de gente, o privatizar en algún caso. Son las mismas recetas que hemos estado teniendo durante más de veinte años. Por tanto la experiencia nos decía que aquí estaba pasando algo. En enero emplazamos definitivamente a la empresa a llegar a un acuerdo en breve, o si no daríamos por supuesto que aquí se estaba cociendo algo por detrás. La empresa nos dio otra vez plantón y no nos quedó más remedio que iniciar un proceso de movilizaci ones distinto al que habíamos realizado hasta entonces. Movilizaciones como las actuales, que son noticia, no las habíamos hecho todavía en este proceso, eran movilizaciones pacíficas, civilizadas, como les gustan a ellos: ir andando a Puerto Real, ir andando juntos los tres astilleros de la bahía a Cádiz, o a San Fernando, que son grandes distancias. También alguna huelga dentro de astilleros. Habíamos ido realizando movilizaciones dentro de la normalidad. Pero cuando nos dimos cuenta de que habíamos caído en un error y que estábamos entrando en una encerrona de la dirección y de la propia SEPI (Sociedad Española de Participación Industrial), no nos quedó más remedio que dar un paso más con movilizaciones un tanto más drásticas. Y en eso estamos en estos momentos, combinando movilizaciones de orden público con movilizaciones también pacíficas. La última fue ir a Madrid el 5 de marzo, pacíficamente. También confluimos los tres ast illeros de la bahía de Cádiz de nuevo, en un día de temporal que nos pusimos chorreando, andando desde cada astillero hasta el final de Cádiz, más de 15 Km. cada astillero. También hemos venido andando a Puerto Real. Hemos hecho un proceso de movilizaciones combinando las pacíficas, que les gustan a las instituciones, con movilizaciones de un fuerte conflicto de orden público.

-¿Por qué estas movilizaciones de conflicto de orden público se dan más en la bahía de Cádiz que en otros astilleros?
-Hay una realidad que nadie puede obviar, ni la SEPI, ni el gobierno, a pesar de lo que sale en los medios de comunicación, y es que en el último año se ha despedido a más de 2.500 trabajadores en la industria auxiliar (IA) en la bahía de Cádiz. Con la posibilidad de que se despida a más gente a medida que vamos terminando el poco trabajo que nos queda. Esto es una realidad objetiva. Y en la comarca de Cádiz, con el índice de paro que tenemos, uno de los más altos de Europa, la frustración de los compañeros de industrias auxiliares es alta. En cualquier otro sitio siempre te podrías ir a trabajar a otro lugar, pero en Cádiz las perspectivas son muy pocas. La frustración crea una desesperanza muy importante en las plantillas. También hay que decir, y a nosotros esto n os preocupa mucho, que mientras hemos estado haciendo movilizaciones pacíficas no hemos sido noticia ni hemos salido en ninguna parte. Ni la SEPI, principal responsable del gobierno en el tema industrial naval, se ha sentado a hablar con nosotros. Hasta que no se han realizado movilizaciones duras la SEPI no ha tenido en cuenta nuestras reivindicaciones y los medios de comunicación tampoco se habían hecho eco de la situación. Ahora, aunque hayamos llegado a una negociación un poco más seria no significa que hayamos llegado a acuerdos, de momento no hay ningún acuerdo de carga de trabajo, que es lo que pedimos, ni de planes de futuro a medio plazo. Hay que recordar también que en la bahía de Cádiz viven más de 15.000 familias directa o indirectamente del sector naval, por lo tanto la preocupación aquí, y en Sevilla también, es muy alta, ya que afecta a un tejido social bastante importante de la región.

-Hablas siempre de carga de trabajo, pero la SEPI denuncia unas reivindicaciones salariales desorbitadas. ¿Cuáles son las reivindicaciones de los trabajadores y qué es lo que exige la SEPI?
-El último conflicto que tuvimos los astilleros españoles es porque íbamos a la quiebra. Había dos grupos navales públicos en España: estaba Astilleros Españoles, que era civil, y Basan, que eran los astilleros militares públicos. A raíz de esta quiebra, la solución que se alcanza es fusionar los astilleros civiles con los militares y desarrollar un plan industrial común desde 2001 hasta 2005, con mejoras en la productividad, mejoras en la cualificación profesional, mejora de las condiciones laborales de la industria auxiliar, etc. En ese momento, como la situación era tan crítica, los sindicatos pensamos que teníamos que ser responsables, renunciar al acuerdo laboral único (civil y militar) y centrarnos únicamente en dos o tres puntos del convenio colectivo que pudi eran salvarnos la cara a nosotros y a la empresa, y así esperar que llegara nueva carga de trabajo. Lo único que pedimos fue que se mantuviera el convenio colectivo que teníamos y que los sueldos subieran según el IPC. Esto pensábamos tenerlo listo en unas semanas y ponernos con lo otro, pero la empresa lo ha ido dilatando. Y ahora ponen el énfasis en las reivindicaciones de convenio cuando a nosotros lo que más nos importa es la carga de trabajo para el futuro. Alegan que las reivindicaciones salariales son desorbitadas, del 6,8%, pero este 6,8 es el resultado de 3 años: 2002, 2003, 2004.

-Así, ¿en tres años no se ha cumplido el convenio colectivo? ¿No habido ningún aumento salarial?
-Efectivamente. Nosotros no pedimos el 6,8% para un año, sería absurdo que los propios sindicatos estuviéramos pidiendo eso cuando no tenemos carga de trabajo. Tan irrazonables no somos. En estos momentos la negociación del Convenio nosotros la ponemos en un segundo plano, aunque hay que cerrarla. Lo fundamental, y lo que hace que salgamos a la calle a reivindicar y a crear un conflicto social y de orden público, no es el convenio, sino que la realidad esta ahí, y que hay 2.500 compañeros despedidos en un año en Industria Auxiliar y que podrían seguir saliendo más compañeros.

-Antes mencionabas la posible privatización, ¿lo que hay detrás de la política de los últimos años es la intención del gobierno de privatizar los astilleros?
-Privatizar e incluso cerrar algún astillero. Es la receta que ha tenido este gobierno, y los gobiernos anteriores también. El gobierno de UCD y los sucesivos gobiernos de PSOE siguieron esa receta. El PP ya lo dejó claro hace muchos años, su objetivo es dejar el sector público en la mínima expresión. Privatizaciones y cierres. Por el momento no hay ningún dato objetivo sobre la mesa que nos permita indicar que vayan a cerrar algún astillero. Pero nuestra experiencia nos hace intuir que lo van a plantear a medio plazo.

-Para llevar a cabo una estrategia de este tipo, lo primero que necesita el gobierno es vencer la resistencia sindical ¿cuál es la realidad sindical en los astilleros?
-Históricamente, la organización sindical en los astilleros ha sido una de las más fuertes, con un nivel de afiliación bastante alto y con bastante disciplina por parte de los trabajadores en relación a los sindicatos. Y saben que la resistencia sindical en los astilleros es el elemento fundamental a vencer para llevar a cabo cualquier plan de ajuste. El nivel de afiliación, como te he dicho, es muy alto, más de la mitad de la plantilla está afiliada a algún sindicato, tanto a los mayoritarios como CCOO, como los minoritarios o regionales como ELA en el País Vasco, la SIGA en Galicia, el CAD en Andalucía, primordialmente...

-¿La movilización actual cuenta con el apoyo de las burocracias sindicales o, como hemos visto en otros casos, los líderes sindicales son un obstáculo a vencer a la hora de convocar huelgas?
-No en el caso de CCOO, que es el que más conozco. También conozco el de otros compañeros, pero no es a mí a quien corresponde hablar. En CCOO somos una federación, la minero metalúrgica e, independientemente de los comités, quien coordina son las diferentes secciones sindicales conjuntamente con la federación. Los planes de movilización, en nuestro caso, salen tanto de la base como de la federación, conjuntamente, muy coordinados. Yo, en estos momentos, e históricamente desde que conozco CCOO, no he tenido ningún problema con la federación, siempre hemos tenido un entendimiento perfecto porque hemos entendido, tanto las secciones sindicales como la propia federación, que el sector naval, los astilleros públicos de este país, siempre están en una batalla constante, c íclica como decía al principio. No hay ninguna alusión a que hacemos las cosas mal, ni desde arriba para abajo ni desde abajo para arriba, nos apoyamos mutuamente. Hay que tener en cuenta que las convocatorias de paro las realizan las federaciones, consensuadamente con las secciones sindicales, y eso ocurre así en todos los sindicatos. Los paros emanan de las coordinaciones de las diferentes secciones sindicales de los astilleros con sus federaciones.

-Habéis efectuado algunas movilizaciones conjuntas con otras plantillas en lucha de la bahía de Cádiz: Altadis, Delphi. ¿La idea de movilizaros conjuntamente proviene de los sindicatos? ¿Cómo se ha gestado esta comunión de movilizaciones?
-Lo que sí ha habido son contactos y apoyos de Comités respectivamente, pero de plantillas todavía no. Eso necesita un proceso más lento, incluso de ir convenciendo. Más que a las propias plantillas de cada sector, lo que queremos intentar en un futuro cercano es una movilización del conjunto de la bahía de Cádiz. Eso necesita una preparación tranquila, lenta. Asociaciones de vecinos, peñas, todo el tejido asociativo... Y coordinado también con los sindicatos de la provincia. Aquí tenemos la experiencia de que en la medida en que vayamos sumando más: diferentes comités, diferentes secciones sindicales, responsables de los sindicatos, todo asociaciones de vecinos... iremos consiguiendo lo que hemos conseguido en otras ocasiones, el apoyo unánime de toda la bahía de Cá diz con el tema de los astilleros.

-¿Cómo vive la población el problema de astilleros? Porque hay 15.000 familias afectadas pero también hay una movilización que provoca problemas a los ciudadanos porque se corta un puente.
-Nosotros, cada vez que tenemos que hacer una movilización de éstas, pedimos disculpas. Porque el sentimiento primario de cualquier persona que va a trabajar, o al médico o a la universidad, y se encuentra con un corte de trafico o una barricada, es de rechazo. Pero somos conscientes de que, a pesar de provocar ese rechazo momentáneo, existe una conciencia de lo que se juega la bahía cuando los astilleros están en crisis. Y el respaldo que estamos recibiendo, cuando hemos ido andando a Cádiz o a Puerto Real, el apoyo que vamos sintiendo de los vecinos, de los ciudadanos y ciudadanas, se palpa. Y cuando vas a un programa de radio o de televisión se palpa perfectamente. Siempre hay gente que no lo va a entender nunca, pero la ciudadanía de la bahía de Cádiz fundamental mente ha respondido. A pesar del coñazo que les damos, responden mayoritariamente cuando hacemos un llamamiento para que nos apoyen directamente. Aunque la de la opinión publica es una batalla en la que nos la tenemos que jugar. Es una batalla muy importante, y esta vez está mal por el engaño que están recibiendo los ciudadanos por parte del propio gobierno. Pero somos conscientes de que al final, con nuestro trabajo y la sensibilidad que tiene la ciudadanía, lo resolveremos. No se nos puede olvidar que aquí estamos hablando de historia y cultura. La bahía de Cádiz, históricamente, desde tiempos fenicios, está relacionada con la construcción naval. Los primeros astilleros de Europa se hicieron aquí. En la lucha contra la dictadura, los principales focos de resistencia y organización fueron los astilleros. En la Transición, los principales políticos y líderes de organizaciones fueron gente de los astilleros. Y eso es una tradición que se mantiene a lo largo de los años, y una cultura que todo el mundo reconoce aquí. Por eso siempre, cuando salimos a la calle con este tipo de movilizaciones y jodemos a los ciudadanos, somos conscientes de que los jodemos, pero que a la larga nos va a responder todo el mundo.
Mucha gente de fuera de Cádiz, de otras zonas del país, no entiende por qué se realizan aquí este tipo de movilizaciones, con conflicto con las fuerzas del orden público. Pero en las diferentes crisis que hemos tenido, tanto en el 1978, en el 84, en el 87, 95, 99, al final hemos tenido que terminar en conflicto de orden público, con enfrentamientos fuertes con la policía. Si esto no hubiera sido así ahora mismo en la bahía de Cádiz no existiría el nivel de empleo que hay. Posiblemente, en vez de tres astilleros en este momento podría quedar tal vez uno. O sea que, lamentablemente, sea el gobierno que sea la correlación de fuerzas nos lleva a tener que crear un conflicto de orden publico, un conflicto social, para que el político o los políticos de turno que estén al otro lado de la mesa tengan que reaccionar... Esta cultura del conflicto de orden público no es que a nosotros nos guste, sino que los diferentes gobiernos nos han llevado a este terreno. No es una cosa novedosa lo que estamos haciendo ahora, sino que, en cada crisis que hemos tenido en el sector, al final hemos acabado a tortas con la policía. Y es que es la única manera, desgraciadamente, de encarrilar el futuro de los astilleros.

-¿Cómo se vive esta situación de lucha a nivel humano entre la plantilla?
-Hay dos tipos de plantilla: la de IA es prácticamente de jóvenes, muchos jóvenes. Y ahí se vive la frustración de haber estado muchos años en paro, de haber encontrado ahora trabajo -llevamos 4 o 5 años a plena tarea de trabajo- y ahora esto. Parecían tener garantía de futuro, una luz después de muchos años sin trabajo en la bahía de Cádiz, y de pronto nos encontramos con la situación de que el futuro a medio plazo puede ser muy negro. Hay desesperanza y frustración. Después está la plantilla fija. Los más viejos de la plantilla fija lo que ya sienten es una apatía generalizada. Es que cada 5 o 6 años hay un recorte de los astilleros, un conflicto... Generalmente la correlación de fuerzas no nos ha llevado a grandes conflictos, normalmente los despidos se han llevad o a cabo de la forma menos traumática, que son las prejubilaciones. Pero quieras que no, tienes la incertidumbre de que cada 4 o 5 años no sabes lo que te va a pasar, cómo se va a resolver la cosa esta vez... Y más en esta ocasión, que tenemos en el otro lado de la mesa un parte que está resistiendo las movilizaciones como nunca. Jamás habíamos encontrado una resistencia tal por parte del gobierno como ahora. Y eso crea más desesperanza. ¿Qué es lo que va a pasar? ¿Cuánto tiempo vamos a aguantar las movilizaciones, cuánto vamos a aguantar perdiendo dinero, con conflictos de orden publico, enfrentamientos con la policía, que nos puedan detener, acusar de terroristas...? Eso crea una desesperanza tremenda. Y disgusto al final.

-¿Los trabajadores más jóvenes se incorporan a la dinámica sindical, participan en las asambleas, o bien se nota un diferencia muy grande entre la gente que lleva mucho más tiempo con una tradición sindical y la gente que no?
-Cuando el conflicto es de futuro, y de empleo, sí se incorporan, los hacemos incorporar. Para otro tipo de conflictos de convenio colectivo, el nuestro o el suyo, como son convenios diferentes, no los incorporamos. Pero cuando el problema nos atañe a todos, las asambleas son públicas, únicas, y participa todo el mundo. Y se deciden las movilizaciones conjuntamente. A nivel organizativo nos reunimos tanto los delegados sindicales de la plantilla fija como los de las diferentes empresas de la IA, para hacer propuestas en las asambleas.

-¿Así que las IA también se movilizan? Porque en los paros se ven muchos monos de Izar pero también de otras empresas.

-Sí, en este conflicto participan en todo. Son los principales afectados.

-¿Cómo se toman las decisiones: en asamblea o mediante el Comité de Empresa?
-Los calendarios de movilizaciones se deciden conjuntamente en Madrid, por las diferentes secciones sindicales junto con las diferentes federaciones de cada sindicato. Es un trabajo coordinado. Lo que se hace es sencillamente poner un calendario de movilizaciones: tal día, a tal hora, tantas horas. Y luego, cada centro se dota de sus mecanismos para decidir qué movilización exacta se realiza con respecto a ese día. Generalmente en todos los astilleros se suele reunir el Comité de Empresa junto con los delegados de IA para decidir qué propuestas hacer a la asamblea de trabajadores, en concreto de movilización. Después, en la asamblea de trabajadores, cualquier compañero o compañera puede proponer otra cosa distinta, pero lo que generalmente se discute es lo que propon en los sindicatos. Se apoya lo que proponen los sindicatos o el Comité de empresa.... de vez en cuando sale algún compañero proponiendo otras cosas...

-Y ¿cómo veis los próximos meses? Como la resistencia por parte la patronal es tan fuerte, ¿hay quien piensa en dejarlo, hay dudas, o por el contrario intentaréis ampliar las movilizaciones?
-Sí, sí, y no sólo en la bahía de Cádiz sino en todos los astilleros del Grupo Izar. Por los datos que se tienen por arriba, por la SEPI, y por algún que otro cargo de la SEPI y los responsables sindicales, sabemos que el gobierno tenía la sensación de que esto era una movilización política, única y exclusivamente para hacerles daño en las elecciones, y por lo tanto que si aguantaban el pulso hasta entonces, nosotros nos íbamos a desinflar después del 14 de marzo. Pero estamos demostrando que no tenemos un objetivo político ni mucho menos. Nuestro objetivo es el futuro de los astilleros, y por lo tanto, hasta que no consigamos los objetivos de carga de trabajo y de futuro para los astilleros vamos a continuar las movilizaciones. Por eso, antes del 5, ya se lanzó un n uevo calendario de movilizaciones que iba más allá del 14 de marzo, para que el gobierno fuera viendo señales de que íbamos a continuar las movilizaciones. Movilizaciones que desgraciadamente hemos paralizado por las circunstancias que vive el país [atentado del 11-M]. Pero dentro de unos días, cuando se vuelva a la calma, no os quepa la menor duda que continuaremos con el calendario de movilizaciones que estaba previsto. Y, sin lugar a dudas, mientras la unidad que estamos llevando el conjunto de los astilleros sea la que es en estos momentos, mientras tengamos la certeza de que seguimos teniendo las razones del futuro y el empleo, tendremos que seguir defendiéndolo con movilizaciones. Y con la negociación, pero como la negociación es un diálogo de sordos hay que seguir con las movilizaciones. Si mantenemos este nivel de unidad en el conjunto del sector, hasta que no consigamos nuestros objetivos no vamos a detener las movilizaciones, eso lo tenemos bastante claro.

-Ahora hay muchas empresas con problemas por las deslocalizaciones. ¿Qué mensaje podéis dar como trabajadores que estáis luchando a la gente joven que está en una empresa que les amenaza con recortarles el salario a la mitad, el cierre... y quizá no tenga vuestra experiencia?
-Es complicado. En cada zona hay que actuar dependiendo de la fuerza, del nivel de conciencia de clase que se tenga y del nivel de disciplina que se mantenga con la organización. No a la organización sindical a la que estés afiliado y única y exclusivamente a la organización, hablo de la disciplina de saber que las movilizaciones junto a tus compañeros son lo que van a conseguir, a la larga, desde la unidad, el fruto deseado. Que el nivel de conciencia de clase, de lucha y de unidad esté siempre presente, esto es lo esencial para conseguir los objetivos en cada situación.